sábado, 27 de agosto de 2011

Nombres. ¡Ayuda!

¿De qué se trata esto? ¿Ven el banner sobre la entrada, abajo de la cabecera del blog? Seguro que ya han leído sobre el "Premio Ellas Juvenil Romántica". Pues, quiero participar. Y quisiera que me ayuden a elegir el nombre de "él". Ella se llama Ariella. Pero él no tiene nombre aún. 
Estos son mis favoritos(los que tengan un * al lado, son los que más me convencen):


- Adam: hombre.
- *Alexander: defensor. 
- *Ethan: sólido. Duradero. 
- Jesse: regalo.
- *Nathan: él da.
- *Seth: puesto, colocado. 


¡¡Ayuda!!

viernes, 26 de agosto de 2011

¡No puedo creer que haga una entrada solo para esto!

En rojo: dejen el desespero, vale. jajajajajajajaja


Sus comentarios siempre me sacan sonrisas y me entusiasma muchísimo que la historia les esté gustando. 
Con respecto a la pregunta de Elisa: no sé. Bueno, quizás, si sé. Pero no quiere decir que les vaya a decir, porque los libros normales no lo dicen antes de que suceda-o no-. Sientan lo que yo siento jajajaja 


¡qué entrada más corta! Pero me gusta responder a las preguntas. 


El capítulo nueve, pronto. Primero, déjenme escribirlo. 






¡Bendiciones!






- Majo

Restauración. "8.- Tristan"

Era más allá de lo surrealista, de lo imaginable, el hecho de que yo estuviese en casa de Alexus, con ella, en la sala y llorando, mientras trataba de consolarme. Podría haberme imaginado cualquier cosa-incluyendo llorar delante de Dylan-, pero esto, jamás. Muchísimo menos a ella llamándome "Trist". Ni siquiera Danika me llamaba así. Pero no tenía fuerzas para discutir con ella al respecto. No tenía fuerzas para decirle nada. Supuse que las lágrimas hablaban por sí solas. Sin embargo, había una cosa que mi llanto no estaba diciendo, que no diría en ningún futuro cercano, tampoco, y que era la única cosa realmente importante.
- No puedes decírselo a nadie.
Me obligué a recuperar la compostura, porque, lo quisiera o no, era momento de hablar. Y, quizás lo peor de todo, tenía que hablar con Alexus.
Ella me miraba esperando. Por supuesto, era mi turno ahora. ¿Qué más podría decirme ella? La cuestión era que no sabía qué decir. Mejor dicho, no sabía por dónde empezar.
- Pregúntame, por favor-me sentí la persona más patética del mundo al estarle rogando a mi vecina, en su casa, después de haber llorando como niña.
Mi petición tomó a Alexus por sorpresa. Pareció estarlo pensando, pero finalmente habló.
- ¿Qué sucedió anoche?
Bueno, aquello era fácil.
Me levanté del sofá y me quité el suéter que traía, y la camisa polo que llevaba abajo. Sabía que era la cosa más inapropiada del mundo, pero era mucho mejor-más fácil- mostrarle, que explicarle.
Me volteé para que ella pudiera ver los moretones que tenía en la espalda. Los que más me dolían.
Alexus ahogó lo que habría sido un pequeño grito, cuando me vio.
- Esto es lo que pasó-le contesté, poniéndome la polo, el suéter y sentándome, de nuevo, a su lado.
Su rostro era inexpresivo, como si buscara algo, pero sus ojos estaban fijos en mí, y sus labios un poco separados.
Me encogí de hombros-diablos, me dolió-, y la miré, esperando.
- Traté de detenerte-dijo por fin.
- Sí, bueno... cuando tú tengas una hermana pequeña a quién proteger de esto, quizás entiendas por qué fui.
- ¿Lo hiciste por Danika?-eso sí que me sorprendió.
- ¿Cómo sabes su nombre? Comprendo que sepas el mío, es decir, vamos al mismo colegio, pero Dan tiene un nombre un poco difícil de recordar. Y no es como si hablaras con ella, desde el día que nos mudamos. En realidad, ni siquiera ese día hablaste con ella.
Alexus sonrió, avergonzada.
- Mi segundo nombre es Anika-dijo, riendo un poco, aún sin mirarme. No la culpaba. Yo también reí.
- ¿Alexus Anika? ¿En serio?-entonces, ella sí rió de verdad, asintiendo.
- Es solo una letra de diferencia. Por eso lo recuerdo-explicó encogiéndose de hombros.
- ¿Acaso tu madre se llama Lianna?-le pregunté, evocando las películas de Barbie que Danika tanto veía. Esas que me provocaban no querer ver T.V otra vez en mi vida.
Alexus rió mas fuerte.
- Muy gracioso. No. Se llama Elizabeth. Sé que mi nombre es algo de lo que estar avergonzada y lo estoy, a veces, créeme. Pero qué se hace. Así es la vida.
- Nah-dije, sonriéndole-. Yo creo que es bonito.
Y lo creía de verdad. Raro, pero bonito.
- En todo caso-continué-, sí. Lo hice por Dan. Prácticamente todo lo que hago es por ella.
Alexus parecía sorprendida. Me pregunté si era porque su nombre me parecía bonito o porque todo lo que hacía era por Danika.
- Eso...eso es realmente tierno y responsable de tu parte.
Sonreí.
- No es tierno. Es lo que se supone que debo hacer.
Alexus asintió y yo no podía evitar pensar que me entendía, aún cuando sabía que nuestras vidas no podrían ser más diferentes. Nosotros no nos parecíamos en lo más mínimo.
- ¿Dylan lo sabe?-sacudí la cabeza, negando-. ¿No es tu mejor amigo? Christa sabe todo sobre mí.
- ¿Christa es tu mejor amiga? No lo había notado-Alexus dejó escapar una risa, casi muda, y luego me golpeó con un cojín. Un segundo después, ya estaba seria, aunque seguía sonriendo. Debía aprender a hacer eso.
- ¿Acaso eres incapaz de ser serio?
¿Lo era?
- Dylan no lo sabe que se supone que nadie debe saberlo. La única razón por la que tú lo sabes es porque lo descubriste sola. Yo no te lo habría dicho por elección. Por eso, no debes decirle a nadie. Ni siquiera a Christa. ¿Contenta, ahora?
- No precisamente. ¿Cómo algo así podría ponerme contenta? ¿Qué pasa contigo?-volvió a golpear con el cojín.
Le sonreí, una vez más.
- Debería irme-dije, poniéndome en pie. Alexus asintió-. Pero esto ha sido...bien...no lo sé, es genial poder hablar.
Fuimos hasta la puerta, en silencio. Promesa cumplida. Quizás ya podría olvidarme de todo.
- Adiós, Trist-o quizás, no.
- Nos vemos, Lex.
Entonces, sonrió y cerró la puerta.

Sí, la llamé "Lex", porque supuse que si ella me había dado un apodo, yo podría hacer lo mismo. Además, "Lex" le lucía. Y no era "Lexy", lo que me mantenía fuera de problemas con la futura esposa de Dylan.
Y, sí, las cosas no habían ido exactamente como lo había planeado. No habían ido como lo planeado, en lo absoluto. Quiero decir, terminamos hablando del suceso, de todas formas y había roto la única regla verdadera de nuestra casa-sin mencionar que lo hice de la manera más inapropiada posible-. Si mi padre se entera, me echará, eso es seguro. Pero, por otra parte, hablar se había sentido bien. Y un poco de la carga que llevaba sobre mis hombros, se había ido, lo que era mucho más de lo que había esperando. Le estaba agradecido a Alexus por dame eso, aunque solo fue durante quince minutos. Por darme una persona con quién hablar, sin miedo a ser descubierto, sin caretas, sin actos. Pero ahora los quince minutos habían pasado, y yo estaba devuelta en mi casa, como ayer, como cada día antes de Alexus. Como cada día que había llevado mi carga.

Chris estaba en la sala, cuando llegué.
- ¡Oye!-gritó, acercándose a mí-. Llegaste de casa de tu novia.
- No es mi novia, Chris. Te lo dije cuando me dijiste que había venido, te lo dije antes de salir y te lo repito ahora.
Chris sonrió.
- ¿Entonces, puede ser mi novia?-No.
- Sólo si a tu novia no le molesta-dije, señalando a la sala, donde se encontraba Harpreet(lo sé)- ¡Hola, Harp!
- Hola, Tristan-contestó. Le guiñé un ojo y sonrió.
- Más respeto, por favor-dijo Chris, fingiendo estar indignado. Sí, fingiendo, porque eso de ninguna manera podía ser real. Me reí.
- No parece que te importe-tampoco a mí me importaba, la verdad, pero cuántas veces se me presentará la oportunidad de arruinarle la vida a mi hermano. Eso no sucede a menudo-. Voy a mi habitación-anuncié
Empecé a caminar lejos de ambos. No estaba precisamente de ánimos.
- Oye, Tristan, espera-me detuvo Chris-. Anoche...
- No tan malo como algunas veces, peor que otras tantas. No tiene importancia, ya.
- ¿Estás bien?
Me encogí de hombros. ¿Lo estaba?
- Supongo. Estoy vivo. Y esta vez no tuvimos que decir que me caí por las escaleras, así que...
- ¿Jamás me perdonarás por eso?
- Quizás lo haga. Quizás ya lo he hecho. No lo sé.
Y con eso me fui.
Nadie sabe lo que sucedió esa noche. Quizás cuando lo perdone, hable de ello.
En mi habitación, saqué la guitarra y me dispuse a tocar.
Era esa hora del  día en que quería olvidar.

jueves, 25 de agosto de 2011

Test Literario de Sara.

Bueno, no es de Sara, pero Sara me nominó. ¡Gracias, Sara! 







  • El último libro que he leído:
    • "Blanca como la nieve, roja como la sangre"
  • Un libro que cambió mi forma de pensar:
    • La Biblia. Y "Señor Dios, soy Anna"
  • El último libro que me hizo llorar:
    • "Delirium" de Lauren Oliver. No diré por qué. ¡Léanlo!
  • El último libro que me hizo reír:
    • "Blanca como la nieve, roja como la sangre" Un vacilón, Leo, el protagonista. Me hizo reir mucho.
  • Un libro prestado que no me han devuelto:
    • "The Last song" de Nicholas Sparks. Y mejor que me lo devuelvan, porque fue un regalo y está en inglés. Y también, "Señor Dios, soy Anna" 
  • Un libro prestado que no he devuelto... todavía:
    • Creo que se llama "Devocionales diarios" de varios apostoles de la visión CCN. Me lo prestó una amiga hace como 1 mes.
  • Un libro que volvería a leer:
    • Delirium. Y los de Narnia, que los leo, al menos 2 veces al año, cada uno.
  • Un libro para regalar a ciegas:
    • Si decido quedarme, Gayle forman
  • Un libro que me sorprendió para bien:
    • Delirium, de Lauren Oliver. No pensé que me podría gustar tanto.
  • Un libro que robé:
    • :O ¡ninguno! Que me han prestado y aún no he tenido la oportunidad de devolver, tengo 2, pero robados, no.
  • Un libro que encontré perdido:
    • Ninguno todavía. Pero sería fino, en especial si tiene cosas escritas por los antiguos dueños. 
  • El autor del que tengo más libros:
    • C.S Lewis (8)
  • Un libro valioso:
    • Mi saga de "Las crónicas de Narnia" ¡Ay, del que me toque esos libros! Todos los que tengo son valiosos, pero esos son más cómo mis bebés. Tienen algo especial. Hay algunos que se han mojado, entre ellos mi favorito de la saga, pero eso les da historia. No sé, amo esos libros. Y los compré yo con mi dinero. Bueno, cuatro de ellos. XD
  • Un libro que llevo tiempo queriendo leer:
    • Berro... "Sorprendido por la alegría" de C.S Lewis. 
  • Un libro que prohibiría:
    • No prohibiría ningún libro, porque las lecturas son según los gustos de cada quién. Ahora, si he de elegir un libro que no me haya gustado y que no crea que le vaya a gustar a mucha gente, elegiría "Tenías que ser  tú" de la saga "Primeros besos". Muy baja calidad, la verdad. Me disculpan si alguno lo ha leído y le gustó.
  • El próximo libro que voy a leer:
    • Estoy leyendo "Life as we knew it", después de ese, puede que lea "Leaving Paradise" que lo tengo en mi lista esperando desde hace tiempo.
Y cómo Sara nominó 3, yo nominaré 3, también.

- ¡Vicente!(Retazos de papel)

miércoles, 24 de agosto de 2011

¡Hoy es el día de los premios!

(Verde, por el nombre jajaja) Premio "Pepinillero" (weird)
Este me lo otorga Elisa, de Un cielo lleno de libros


  • Si pudieras vivir dentro de una película, cual elegirías?
  • Las crónicas de Narnia. Probablemente, El principe Caspian.
  • Sales de la ducha y te entretienes dibujando en el espejo empañado. El qué?
  • Caritas felices!! XD
  • Que hacías la última vez cuando tus compañeros te pidieron que abortaras en esa situación?
  • Berro, o estaba leyendo, o estaba cantando, o estaba escribiendo. O estaba hablando jaja, no recuerdo.
  • Que cosas aburridas o extravagantes te gusta coleccionar?
  • Entradas de cine. No solo las mías. Le quito a mi familia las suyas, usualmente solo a mis padres, así que me quedo con tres de la misma película.
  • Que tipo de ropa interior usas?
  • el tipo que va por dentro de la ropa normal. xD ¡Qué clase de pregunta es esa!
  • En que momento del sueño te despertaste y te molestó tanto que intentaste volver a dormir para seguir soñando lo mismo?
  • Soñaba con el muchacho con el que me iba a casar. Un sueño muy fino. Y el chico era bello. No he vuelto a soñar con él. Es una lástima. xD

Gracias, Elisa por este premio. Ahora tengo que nominar a 6 personas.
Eh...Eh....Eh...

- A gaby de mi corazón (Todo se trata de él)
- A vicente (Retazos de papel)
- Miriam, creo jaja (Entre libélulas)
- Libros sin tinta (Libros sin tinta)
- Dragonfly  (Dragonfly)


Una vez más, Elisa, gracias por el premio. :D




Bendiciones.



- Majo.


Restauración. "7.- Alexus"

No pude dormir esa noche, recordando los gritos de la señora Valley, y también a Tristan, llorando, solo, escondido, pero luego valiente y responsable.
Estaba segura que mi expresión, ahora en mi habitación, era la misma que tenía cuando estaba con Tristan.


En el silencio de mi alcoba, oré a Dios por la familia Valley, por lo que acaba de ver y escuchar. 
"Mi padre está un poco borracho. No es nada" ¿"no es nada"? ¡Era muchas cosas! Era horrible, era espantoso, y era...era su secreto.
Era su secreto, que yo había descubierto y no podía hacer nada al respecto. 


Tristan me había prometido que hablaríamos, y ahora que lo pienso, no sé por qué se lo pedí, no sé por qué estaba tratando de que no fuera.
Estaba tan preocupada por él, con la ventana rota a mi lado y la flecha sobre la mesita de noche, enrollada en mi cama. Ya no quería asesinar a Tristan, todo lo contrario. Quería saber que estaba bien. Quería saber que todos estaban bien.


Después de mucho pensar, me quedé dormida. Tuve pesadillas con la noche anterior y supe que debía encontrar a Tristan sí o sí. Pero no fue a la escuela.
No es que en realidad pensara que iba a aparecerse, pero sí esperaba verlo para no tener que ir hasta su casa.


Sabía que estaba distraída-Quiero decir, ¿quién en mi situación no lo estaría?-, lo que no sabía es que cuando estás distraído los demás lo notan primero que tú.
¡Alexus!-exclamó Bella, durante el descanso entre clases-. ¿Qué es lo que te pasa hoy?
- Nada. Solo no pude dormir bien anoche-contesté, con los ojos fijos en el jugo que me estaba tomando.
Y ahí es cuando salta la persona a que más se preocupa por mí, después de mi madre.
- ¿En serio? ¿Por qué?-preguntó Christa.
- Pues... Tristan atravesó mi ventana a las dos de la mañana con una flecha. Fui a asesinarlo y después de eso, no pude dormir.
- Oh, Lexy, seguro no lo hizo a propósito-Christa rió un poco.
- Si, Val no lo haría-concordó Farrah, comiendo de su ensalada.
- Sé que no lo hizo a propósito-contesté y eso pareció detener el curso de las vidas de todas. 
- ¿Qué?-inquirieron las tres.
Me obligué a mirarlas, a pesar de que no tenía nada de ganas de hacerlo.
- Vamos, chicas. Sé que no soy la fan número uno de él, pero tampoco voy a culpar al chico de todo lo malo que me pasa, ¿no?
- Cierto-dijo Bella, asintiendo-. La cuestión es que esto sí fue culpa suya.
Farrah rió un poco y yo regresé la mirada a mi jugo.
- ¡Basta, chicas!-Gracias, Christa-. Está madurando.
Claro, madurando. No tenía nada que ver con el hecho de que fui testigo de un caso de violencia doméstica y estaba totalmente traumatizada. 
Quería irme. Quería irme a casa y hablar con Tristan sobre este asunto, aunque quizás eso era lo último que él querría, pero lo había prometido. 
- Tranquilas, me encargaré de él al llegar a casa-dije, un poco en broma, un poco en serio.
- ¡Uh! ¿Puedo ir?-preguntó Farrah, con ese brillo, de nuevo, en los ojos.
- No, lo siento.
- No harás nada. Lo sé-acusó ella, en venganza a mi negativa.
Me encogí de hombros sin decir nada, me levanté y caminé lejos de ellas.


Gracias a Dios, las preguntas cesaron y yo pude sobrevivir el día en silencio, incluso en el auto de Bella, cuando me llevaba a casa de primera.
- Gracias, Bells-ella me sonrió-. Adiós, chicas.
En lugar de ir a mi casa directamente, caminé con vacilación hacia la casa de los Valley, cuando las chicas ya no estaban a la vista. Toqué la puerta con tantos nervios que me dio vergüenza. Esperé unos minutos, y después apareció frente a mí el hermano mayor de Tristan.
- Hola... ummm... ¿Está Tristan?-no podía creer que fuese tan difícil.
- Depende. ¿Quién eres? ¿Su novia?
- No..., de la escuela, veo una clase con él... y vivo al lado.
- Ah. Déjame ver si quiere verte. ¿Cómo es que te llamas?
Idiota. Idiota.
- Alexus-contesté, secamente.
¿"déjame ver si quiere verte"?
- ¡Espera!-el muchacho, cuyo nombre no recordaba, se detuvo en seco y se volvió para mirarme-. Solo dile que vaya a mi casa, cuando se desocupe. Y recuérdale que prometió que hablaríamos. 
- Prometió que hablarían. La chica de al lado, con nombre raro. Lo tengo. 
- Gracias-idiota.


En casa, mamá había puesto a Tyler a dormir y estaba calentándome el almuerzo.
- ¿Alexus?-llamó desde la cocina. Fui hasta ella y me senté cerca de la ventana, a su lado-. Cariño, ¿Qué hacías en casa de los vecinos?
- Sólo necesitaba hablar con Tristan. Pero creo que está ocupado o algo así.
- ¿Qué tienes que hablar con...?
- Tristan.
Claramente, mi madre no sabía su nombre. No la culpo. Quizás era la segunda vez que lo escuchaba en su vida-siendo la primera, cuando se mudaron, claro-. Me sentía un poco avergonzada. Sólo ayer estaba rehusándome a pedirles condimento y hoy estaba buscando a su hijo. Entendía al 100% la confusión de mi madre. Yo misma estaba confundida. Aún no acababa de comprender por qué había ido a buscarlo, en primer lugar.
- Lo que pasa es que no fue a clases hoy-contesté.
- ¿Ves alguna clase con él?-bueno, tenía derecho a preguntar.
- Sí, un par.
- Ah...
Le sonreí.

Esa era la razón por la que necesitaba hablar con Tristan y hacerlo pronto. Yo no tenía idea de qué hacer con la información. Si podía decirlo o no, si debía tratar de olvidarlo o qué rayos se suponía que debía hacer.
- Dile que le envió saludos-dijo mi madre finalmente, saliendo de la cocina.
Ella y Tyler se fueron un poco después y nunca estuve tan nerviosa de quedarme sola en casa.
Traté de seguir la rutina del día anterior, pero fui incapaz de apartarme de la sala. 
Después de esperar alrededor de dos horas y cuando finalmente me estaba a punto de dormirme, llamaron al timbre de la casa. Di, literalmente un salto fuera del sofá y corrí hasta la puerta. Me detuve en seco, inhalando profundamente y exhalando antes de abrir. 
Un molesto Tristan apareció ante mí.
- Hola-dije, con un nudo en la garganta, de lo nerviosa que estaba-. Pasa. 
Tristan me miró durante un segundo, mientras me apartaba para dejarlo pasar. 
Cerré la puerta detrás de él y lo conduje a la sala.
- Siéntate, por favor-le dije, entonces.
Estaba tan nerviosa que no cabía en mi misma. No sabía cómo la voz me salía tan natural si dentro me estaba consumiendo. Ya no estaba tan segura de querer hablar con él. Quizás debía sólo decirle que yo olvidaría todo y cada quién podía seguir con su vida, normal, como si nada. 
- Escucha, Alexus. Cuando venía noté tu ventana y el agujero masivo que le hice. Discúlpame, voy a pagarlo.
- Olvida la ventana-me encontré diciendo-. No me interesa la ventana.
- Pues, creo que eso es lo único de que tenemos que hablar-replicó.
No. No era lo único de que teníamos que hablar. ¿Qué le pasaba?
De pronto, el nerviosismo se transformó en rabia y ya no pude parar.
- Escucha, anoche estaba tan molesta que estaba segura, de que si lanzaba la flecha desde la ventana de mi habitación, la clavaría en el centro de tu frente, sin problemas. Fue entonces cuando te vi. 
- Cuando me viste...-repitió.
- Sí, cuando te vi, sólo, escondido, llorando, y tuve que ir.
- No tenías que ir.
- Sí, tenía que ir. No puedes hacerme creer que lo vi y lo que escuché, no sucedió. Y considerando que traes un suéter, me atrevo a decir que tienes morenotes en los brazos.
- ¡Escúchame, tú no puedes llegar y decirme todas estas cosas, tú no sabes nada!
- Sé lo que presencié anoche, y no tiene que ser así.
Tristan me miró durante un segundo, de una forma dura, pero sabía que estaba dolido. No por lo que yo le estaba diciendo, pues eso era un pastel del cumpleaños en comparación con toda su vida, sino porque le estaba recordando todo lo demás, todo lo que había vivido anoche, y probablemente días anteriores. Había dado en la llaga.                                         
Tristan se llevó las manos al rostro, como si estuviese avergonzado. Y eso fue lo que pensé: que sentía vergüenza de quién era y de su familia. De su padre. Pero al momento, entendí, por su forma de respirar, que no estaba avergonzado en lo absoluto. Tristan estaba llorando, y lo estaba haciendo frente a mí. 
Tristan se llevó una mano del rostro, al cabello y la otra, la dejó caer sobre su rodilla. Lucía especialmente tierno, vulnerable, y sentí una urgencia por cuidar de él. 
- Trist...-esa fue la primera vez que lo llamé así, pero no la última.
Coloqué una mano en su espalda, para consolarlo y Tristan siguió llorando.

¡Y más premios!

Y este, también, me lo otorga Sara de "El bosque perdido de los libros"


Premio "Disney"



Y tengo que responder preguntas:

  • ¿Cuál es tu clásico favorito de Disney?
    • La bella y la bestia. (rosas <3)
  • ¿Con cuál de los personajes te identificas más y por qué?
    • Edmund Pevensie. Por la manera en que cambió su vida cuando conoció a Aslan-en mi caso, Dios, claro-. O sea, él era malo-no es que fuese mala antes, pero no era un dulcito precisamente-, era odioso, mezquino, fastidioso. Malo en general. Y lo que me gusta de él y me hace identificarme con él, es que él siempre recordaba su pasado, de dónde fue sacado, para no volver allí. Como en la peli del principe Caspian, que él dice "la última vez que no le creí a Lucy, terminé luciendo como un tonto". Es tremendo. 
  • ¿Qué príncipe te gusta más?
    • ¡Caspian! jajajaja ¿Se puede? 
  • ¿Cuál es el villano de Disney que más te gusta?
    • Hmmm...probablemente, el capitán Garfio. Me hace reir...xD
  • ¿Cuál es tu personaje favorito en general?
    • Edmund Pevensie. 
  • ¿Cuál es la canción de los Clásicos de Disney que más te gusta?
    • "Nos guiará el amor" de El rey león 2 xD
  • ¿Cuál es para ti la mejor trama de Disney?
    • ¡Las Crónicas de Narnia! Bien bobos que fueron a no seguir con las películas. Pero eso ya es personal. xD
  • ¿Cuál es la escena que consideras más emotiva?
    • Hmmmm....el final de Bambi 2, cuando Bambi está con su papá en el prado y el papá le dice que ahí vio por primera vez a su mamá. XD
  • ¿Cuál es la más graciosa?
    • Nemo xD
  • ¿Que historia tiene mejor final?
    • ¡La bella y la bestia! 

Ahora, se supone que debo otorgar este premio, a 2 personas, para que a su vez, ellos después se lo otorguen a una persona, ¿no? Bueno, voy:


Los dos son blogs muy bonitos, muy buenos. :D

Una vez más,¡gracias, Sara, por los premios!




Bendiciones.



- Majo


Y premio!

Premio "El mejor blog de blogger"
Wow. No sé que hago en esta categoría, la verdad, pero gracias jajaja
Este premio me lo otorga Sara de "El bosque perdido de los libros" muchas muchas muchas gracias, Sara!!



¡Qué lindo, qué lindo, qué lindo!

Cómo vi que ya lo otorgaste, Sara, a Elisa y Marie y Vallery, no lo daré yo también, aunque sí creo que sus blogs son sorprendentes. ¿Se puede reotorgar? jaja ¿Cuales son las reglas en cuanto a otorgar premios en blogs? 
En todo caso, le daré este premio al blog Entre libélulas siempre ha encantado ese blog, creo que es muy bueno. :D 

Una vez más, gracias, gracias-esas son dos-.


Bendiciones.


- Majo

Premio!

Gracias al blog Another world por darnos este premio a todos sus seguidores! Que linda! :D


¡Felicitaciones por sus 100 seguidores!

domingo, 21 de agosto de 2011

Restauración. "6.- Tristan"

Cuando escuché el portazo que dio mi padre al llegar, me levanté de mi cama, busqué a Danika, la llevé hasta mi habitación y cerré la puerta con llave.
- Dan-susurré a mi hermana, que estaba medio dormida-. Dan, dormirás conmigo esta noche, ¿de acuerdo?
Danika asintió.
- ¿Qué sucede?-preguntó, con esa dulce vocecita suya que me partía el corazón en mil pedazos. Si alguien no merecía pasar por esto, era mi hermana.
- Nada-besé su frente-. Es solo que tengo miedo y quiero que me cuides, ¿lo harías?
Ella asintió y me abrazó. Papá ya había empezado a gritar. Tomé el Ipod que guardaba en mi habitación para ella y se lo dí.
- Póntelo, Dan-me hizo caso. Aún no lo había encendido, por lo que sabía que estaba escuchándome-. Ven, acuéstate.
La llevé hasta la cama, encendí el Ipod y cayó rendida inmediatamente.
Busqué, tan rápido como fui capaz, toallas y las coloqué en la rendija de la puerta para ahogar un poco el ruido. Haría cualquier cosa por esa niña dormida en mi cama. Cualquier cosa. Y esa precisamente por eso que debía dejarla sola, encerrada.
Mi padre no llegaría a la parte superior de nuestra casa, si podía evitarlo.
Tomé mi arco, mis flechas y salí por la ventana, con sumo cuidado de no hacer demasiado ruido, o de lo contrario, todo estaría arruinado. Debía merecerme, pero merecerme de verdad lo que me venía después.
Abajo, ajusté el arco para practicar un poco mientras esperaba. La primera flecha se me escapó y fue a parar a la casa de los vecinos, rompiendo el vidrio de la habitación de Alexus. Me pregunté si las cosas podían ir peor, pero realmente no me importaba. Lidiaría con Alexus en la mañana.
Desde nuestro patio, podía escuchar a mi madre rogándole a mi padre que no la golpeara y a continuación un grito agudo. Y estaba vencido. 
Dejé caer el arco, las flechas, y luego a mí mismo, en medio de la oscuridad y la crisis en mi casa. 
Las lágrimas empezaron a brotar, pero ¡Qué diablos! Si alguien merecía llorar, era yo. Estaba solo, Danika estaba a salvo. No tenía que ser fuerte por nadie más que por mi mismo y no se me antojaba. ¡No se me antojaba ser fuerte! Si mi padre me echaba de la casa por llorar, bien. Si me mataba a golpes por llorar, perfecto. Pero esto, este momento, era mío. Este momento no me lo podían quitar.
- ¿Tristan?-su voz era casi inaudible y llegó desde atrás, pero sabía perfectamente quién era.
Me levanté, sequé mis lágrimas y la tomé por los hombros, apartándole de donde podía ser vista. El rostro de Alexus era un signo de interrogación, y temor, mezclados.
- Vete-susurré, mirándola suplicante.
- ¿Qué está sucediendo...?
- Vete-la corté-. Vete, por favor.
Debí saber que ella saldría a asesinarme por su vidrio en cualquier momento, pero este momento no era el apropiado. En este momento, ella debía irse.
- ¡No!-exclamó en un susurro.
Esta chica... ¿Cuál era su problema?
- Alexus-dije, mirándola tan duramente como fui capaz. Tanto, que incluso me dolió-. Vete, ahora.
Faltaba poco para que mi padre empezara a gritar mi nombre y yo estaba convenciendo a la chica de al lado para que se largara.
- Mi papá solo está un poco borracho. No es nada, de verdad. Vete-traté de nuevo, siendo amable, ya que la dureza no funcionó.
Pero sus ojos seguían clavados en mi, y no se movía.
- ¡Por lo que más quieras, Alexus, vete!-la sacudí por los hombros.
Y ahí estaba mi nombre, con rabia y asco, como siempre. 
Le di la espalda y empecé a caminar hacia la entrada.
Ella me tomó por el brazo, deteniéndome.
- ¿Qué haces?-preguntó con esa misma expresión de confusión y miedo, de antes.
- ¿Qué crees que hago?-dije, liberándome-. Me está llamando-y ahí estaba la voz de mi padre, gritando mi nombre una vez más-. Vete, Alexus, por favor. Ve a casa. Hablaremos mañana.
Volvió a tomarme del brazo.
- ¿Lo prometes?-¡por todos los cielos!
- Sí, lo prometo. Ahora, vete.
Alexus me dejó libre, luego corrió hasta su casa y yo hasta la mía.


Papá estaba a mitad de la escalera cuando entré. Sabía lo que venía ahora, lo había sabido desde el momento en que bajé por la ventana. Pero había llegado a tiempo para ser el hijo en el que descargaba toda su furia y eso era lo importante.
Mi padre me vio y se acercó.
Contuve la respiración mientras esperaba la primera oleada de dolor.


Mis padres ya estaban dormidos. Era mi turno, ahora.
Subí las escaleras con cuidado, hasta mi habitación. Busqué la llave en mi bolsillo, sorprendiéndome al encontrarla, de que no se hubiese caído, y abrí.
Mis ojos se encontraron con los de mi pequeña hermana, que estaba de pie frente a la cama, con los ojos fijos en la puerta y lágrimas corriendo por sus mejillas. Sabía que había estado gritando, pero para eso era la toalla, para que mi padre no pudiera escucharla. 
Entré, cerré la puerta y me agaché allí mismo, entendiendo que mi hermana necesitaba moverse.
- Ven aquí, hermosa-le dije.
Danika corrió hacia mí, me echó los brazos al cuello, me abrazó con fuerza y lloró. La abracé igualmente, y, aunque dolió un poco, no me arrepentí de haberla dejado encerrada y de haber tomado como propio, cada golpe que mi padre le habría dado, de haber llegado hasta ella, porque los abrazos y los besos de mi hermana hacían que valiera la pena.
Cargué a Danika hasta mi cama y me acosté a su lado, dejando que me abrazara como si fuese uno de sus peluches.
- ¿Oye, Dan?-ella se movió un poco, donde estaba-. Gracias por cuidarme esta noche.